El espacio Intercuencas se reunió el pasado 28 de agosto en la localidad de Ramos Mejía, con el objeto de tratar la problemática de los residuos sólidos urbanos en los territorios del Conurbano Bonaerense y Capital Federal.
Ante los diversos problemas relacionados con los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) -mal llamados "basura"-, se debatió acerca de la necesidad de impulsar una ley de envases, se explicó el pliego que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene pensado para la recolección, tratamiento y disposición de residuos húmedos y secos, y se criticó el proyecto de tratamiento de residuos que se intenta instalar en La Matanza denominado Centro Ambiental de Recomposición Energética (CARE).
Capital Federal del negocio de la inclusión sin derechos
El proyecto de la Ciudad de Buenos Aires -enmarcado en una estrategia regional- no afronta lo que debemos resolver: el gigantesco desafío de incorporar a un sistema de trabajo formal y con plenos derechos laborales a miles de personas que encontraron en la recuperación de materiales para la industria un medio de subsistencia. Los anuarios de la ciudad de Bs. As. guardan datos de la existencia de recicladores informales desde 1875, según consigna Ángel O. Prignano en su libro “Crónica de la basura porteña”, y desde entonces no hay una política certera de inclusión para este grupo social.
Los recicladores informales no son sólo una expresión de la crisis del 2001. El sistema de recupero funciona como un seguro de desempleo laboral: si algún trabajador pierde su trabajo formal, sale a “cartonear”. El mote de “EXCLUIDOS”, con la que se califica la actividad es otra construcción mediática falaz por donde se lo aborde, dado que en realidad son recolectores urbanos de materias primas de un proceso industrial, a la vista de todos.
La problemática es de tal nivel que en Capital Federal la propuesta “reconoce” a los recuperadores de materiales denominados “secos”, les ofrece pliegos de licitación exclusivos para cooperativas, pero actúa a la vez como un sistema donde se formaliza una relación contractual sin los plenos derechos laborales y económicos: formaliza en contratos, por un lado, una relación de “trabajadores privilegiados” (los de las empresas clásicas recolectoras de residuos) bajo el convenio laboral de camioneros, y por otra parte, formaliza otros contratos sin los plenos derechos legales laborales y sin una proporcional carga económica contractual (para los trabajadores de las cooperativas de recuperadores urbanos de residuos o recolectores independientes), aun cuando ambos grupos realizan una actividad similar.
Nos alegramos que no se insista en el ya clásico método de continuar con políticas de “enterramiento de residuos”, pero entendemos que la importación de tecnología tipo “CARE” no se adapta a la problemática social local, respecto al tema de residuos.
CARE: Los países del tercer mundo continuamos siendo conejillos de indias de las tecnologías extranjeras
Rechazamos la propuesta del método que se pretende utilizar en el partido de La Matanza para el tratamiento de los residuos y reafirmamos el tratamiento integral de residuos en origen. Consideramos que no podemos seguir destruyendo los recursos con sistemas como el CARE para volver a fabricar productos a partir del saqueo de la naturaleza.
Existe una estrategia global que necesita de Latinoamérica para extraer recursos y generar energía para mantener las industrias del primer mundo. En este sentido el Ministerio de Planificación de la Nación, junto con ENARSA (Energía Argentia SA), la Secretaría de Energía y la Municipalidad de La Matanza han proyectado una planta de quemado de residuos para generar energías/biocombustibles/combustibles sintéticos a la que irónicamente han denominado: Centro Ambiental de Recomposición Energética. Recordemos que las siglas del CEAMSE son: "Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado".
De estratégica ubicación, el CARE se instalaría en la mitad del recorrido proyectado por la "autopista de la Basura". Para justificar el proyecto se argumenta falazmente que es un sistema que ya funciona en otros países como Finlandia, Brasil o Japón. No existe actualmente en función planta alguna de estas características. Nuevamente vamos a ser conejillos de india de las tecnologías de afuera.
De todo lo que reciba el CARE sólo se recuperará el 10% que corresponde a metales y vidrios. El restante 90% se icinerará emitiendo gases altamente peligrosos para el ambiente y la comunidad. Habrá generación de lixiviados. Si hoy no sabemos qué se entierra en el CEAMSE, menos vamos a saber qué se quemará en el CARE.
La alternativa al modelo de saqueo y destrucción del medio ambiente
Insistimos en que el desafío implica formalizar y dar derechos a toda la cadena de recupero de materiales (cartoneros, acopiadores, corraloneros, e industrias procesadoras) e incentivar la recuperación del material orgánico, para poder acceder a porcentajes mayores de recuperación, reciclado y reutilización.
Ante todos estos temas pendientes, quedamos a disposición para ampliar, profundizar o debatir ésta u otras alternativas, en pos de saldar una deuda histórica con el sector, que lleva 130 años sin resolverse y hace a la inclusión social y construcción de sociedad con plenos derechos.
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